Búscate a alguien que te
coma con la mirada. Que te abrace con tanta fuerza que llegues a quedarte sin
respiración. Que te bese en todos los semáforos, y que después quiera lanzarse
contigo bajo las ruedas de un camión. Que te cubra con una manta cuando te
quedes dormido, y que le tenga envidia al sueño por no dejarle ver quién eres
cuando cierras los ojos.
No busques que te
inviten a copas, que te paseen en coche, que te hagan regalos, y que te digan
cosas bonitas. Eso puede hacerlo cualquiera.
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